Begoña Ibarrola nació en Bilbao en 1954, es licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, ha trabajado como terapeuta infantil y su trabajo ha estado siempre relacionado al mundo de las emociones.
Durante un período de tiempo trabajó con alumnos con necesidades educativas especiales y fue en aquel momento cuando empezó a escribir cuentos con los que lograba captar la atención de pequeños y jóvenes.
Actualmente es escritora, investigadora, psicóloga, musicoterapeuta y docente, imparte cursos de formación relacionados con las emociones y las inteligencias para maestros, profesores y familias.
Durante un período de tiempo trabajó con alumnos con necesidades educativas especiales y fue en aquel momento cuando empezó a escribir cuentos con los que lograba captar la atención de pequeños y jóvenes.
Actualmente es escritora, investigadora, psicóloga, musicoterapeuta y docente, imparte cursos de formación relacionados con las emociones y las inteligencias para maestros, profesores y familias.
Begoña tiene infinidad de cuentos y libro publicados si os interesa saber más click aquí para ver todas sus obras, pero antes adentrémonos en la entrevista realizada donde vamos a conocer más de cerca a esta gran mujer.
1.- ¿Por
qué las Inteligencias Múltiples y la Inteligencia Emocional?
Siempre me ha interesado la investigación
sobre la inteligencia. Me parecía que no se podía medir con un test de lápiz y
papel, y que el examen
para obtener un CI solo evaluaba determinados ámbitos de conocimientos y en un momento muy determinado. Además conocía
personas catalogadas como muy inteligentes que luego eran un desastre en el
mundo de las relaciones humanas y eso no parecía muy coherente. Cuando en 1995
descubrí la teoría de H. Gardner comencé a investigarla. Gardner defendía una
noción de la inteligencia no solamente
cognitiva, con sus definiciones de I. intrapersonal e I. interpersonal. El ser
humano se desarrolla en varias dimensiones a la vez, una de ellas es la
cognitiva pero otra muy importante es su dimensión emocional. Ambas pueden
apoyarse mutuamente. Pero emoción y razón no son algo excluyente sino que
pueden complementarse.
Uno de los
beneficios más importante de la Teoría de IM es que garantiza la autoestima de
todas las personas. Todos tenemos el mismo derecho a ser diferentes y el
respeto a esas diferentes inteligencias que existen en cada persona, con un
nivel diferente de potencial, es importante para garantizar un buen nivel de
bienestar personal. Además es de vital importancia a la hora de orientar
nuestro futuro profesional.
En ese año también tuve acceso al libro de
Góleman “Inteligencia Emocional” aunque llevaba varios años ya investigando el
mundo de las emociones desde mis estudios de Psicología en la Universidad. Su obra, como a muchas otras personas, nos
abrió una ventana al mundo de las emociones que hasta entonces había estado
bastante cerrada. Desde entonces he seguido investigando este campo de la
psicología tan apasionante y desarrollando programas de educación emocional que han demostrado desde hace 20 años,
su eficacia.
2.- ¿Crees
que muchos de los problemas sociales de la actualidad: fracaso escolar o
bullying tienen su origen en una baja Inteligencia Emocional?
El desarrollo de la I.E. en la escuela tiene
varios efectos positivos sobre el aprendizaje, la conducta, la motivación, la
atención, la salud, etc… Numerosos
estudios confirman sus efectos, además de ser un factor de prevención múltiple muy potente, no solo de las
conductas violentas o el fracaso escolar, sino de depresión, consumo de drogas,
suicidio, etc… En la Universidad de Barcelona y de Málaga existen
investigaciones que lo demuestran, además de toda la investigación en aquellos
países que llevan trabajando más tiempo en programas de educación social y
emocional en las aulas.
3.- Algo
de lo que no podemos presumir en la actualidad es de la relación
familia-escuela ¿qué podríamos hacer para mejorar esta situación y por
consiguiente conseguir una educación de calidad?
Esta relación en la que hay dos partes claramente
diferenciadas, con roles diferentes, tienen en común al alumno/hijo, por lo
tanto ambos deben construir puentes con el objetivo común de mejorar la
educación de cada niño. No es cierto que son dos mundos irreconciliables pues
yo conozco centros y experiencias donde se convierten en cómplices de la
educación, colaboradores fieles, que no juzgan sino que ayudan, y esto es
posible si en ambos campos se establecen pautas concretas de actuación. Precisamente
he colaborado con la plataforma Gestionando hijos en la creación de un Pacto
por la educación en equipo (si quieres formar parte de él click aquí), entre docentes y familias que está funcionando muy
bien. Consta de once puntos a los cuales se comprometen para mejorar la
relación familia-escuela.
4.- En
relación a tus estudios veo que recomiendas trabajar las Inteligencias y en
concreto la Inteligencia emocional desde la etapa de Educación Infantil ¿crees
que esto mejoraría la educación en general? ¿qué aportaría?
Las
inteligencias se pueden y deben trabajar desde la etapa de infantil ya que es
un momento idóneo para observar cuales son los potenciales de inteligencias que
trae cada niño y detectar sus áreas más deficitarias.
La
IE se
puede desarrollar durante toda la vida aunque cuanto antes aprendan los niños a
conocer y regular su mundo emocional y conocer el mundo emocional de los demás,
mucho mejor, ya que desde bien pequeños pueden desarrollar hábitos emocionalmente saludables.
Una persona que ha desarrollado su I.E. es más
madura, sabe hacer frente a los retos que la vida le depara con buen ánimo,
conoce su mundo emocional, sabe gestionar todo tipo de emociones y es capaz de
cambiar su estado emocional interno. Sus relaciones sociales son más
satisfactorias, es empática y sabe trabajar en equipo a la vez que su forma de
comunicarse es asertiva y respetuosa. Tiene una buena autoestima y se pone
metas y objetivos realistas, que intenta conseguir con esfuerzo y constancia.
Todo ello le ayuda a tener un mejor nivel de bienestar personal, que a la larga redunda en una mejora de la sociedad.
5.- Hace
poco leí una cita de José María Toro “De que sirve que un niño sepa colocar
Neptuno en el Universo, sino sabe dónde pone su tristeza o su rabia” ¿Crees que
es más importante trabajar la Inteligencia Emocional que la interiorización de
conocimientos? ¿O defiendes una postura equilibrada entre mente y corazón?
La educación debe ser integral y dirigida al
desarrollo de las cuatro dimensiones del ser humano, la física, la cognitiva,
la emocional y la espiritual. Tan importante es dominar unos conocimientos
básicos y desarrollar unas habilidades cognitivas como aprender a manejar el
mundo emocional y tener unos valores que dirijan nuestra conducta. No se trata
de priorizar una dimensión sobre otra pero ahora incidimos más en la
inteligencia emocional porque la dimensión cognitiva ha sido durante muchos
años la reina del aula, dejando de lado el mundo de sentimientos y emociones que
nos hace realmente humanos.
6.-
Basándome en tus cuentos “Cuentos para sentir” y “Cuentos para educar niños
felices” ¿Por qué es tan importante para ti hacer sentir, hacer que la gente
sea feliz a través de tus cuentos?
Los seres humanos
somos en primer lugar seres que sentimos, ya en el útero materno, y después
somos seres que pensamos, por lo tanto es importante que los padres y madres sepan
respetar el mundo emocional de sus hijos, legitimar
cualquier tipo de emoción, aunque aparentemente sea “negativa” y que les
enseñen a expresarlas de forma adecuada.
Por
otra parte, la imaginación es una herramienta pedagógica de primer orden, por eso
escribo cuentos que, no solamente diviertan, sino que sean en cierta medida terapéuticos.
Mientras leen o escuchan un cuento, los niños se funden con el personaje y
tienen sus mismas vivencias, por lo tanto el cuento se convierte en un elemento
que les entrena en el “sentir” además de ampliarles su mundo de experiencias.
Luego observan y comprenden cómo algunos comportamientos de los protagonistas
son adecuados y otros no, en función de las consecuencias, y por eso los
cuentos dan lecciones, orientan y ayudan a la construcción de la personalidad
del niño. En realidad hay toda una serie de situaciones dentro de los cuentos
que favorecen una buena educación emocional y se pueden trabajar cada una de
las competencias de la inteligencia emocional mediante los cuentos. Es una de
las mejores herramientas pedagógicas para nuestros hijos.
“Cuentos para sentir” va por la 22 edición con más de 60.000
ejemplares vendidos eso significa que el libro, de 46 cuentos, está ayudando a
muchas familias y docentes en la educación emocional de los más pequeños.
Los padres deberían desarrollar también determinadas competencias emocionales que les ayuden
a educar mejor. El ejemplo es la mejor forma de enseñar. En ese sentido mi
libro "Cuentos para educar niños felices", les proporciona pistas
para hacerlo bien, teniendo en cuenta que a nadie les preparan psicológicamente
para ser buenos padres. Se piden muchos más requisitos para conducir un coche
que para tener un hijo.
Son diez los elementos sobre los que está
estructurado el libro, formando capítulos y dedicando dos cuentos a cada uno.
Podría hablarse de un "Decálogo para educar niños felices": Todos los padres y madres quieran que sus hijos sean
felices pero muchas veces no saben cómo hacerlo bien, por eso además de los
cuento
contiene fichas de actividades para realizar juntos adultos y niños, que son muy
divertidas y ayudan a desarrollar el tema fundamental del cuento. Es uno de los libros de cuentos que más se está vendiendo debido a que
no solo contiene cuentos sino un decálogo para educar bien.
7.- Si
tuvieras que elegir tres palabras que definan la educación actual ¿Cuáles
serían? ¿Y la educación que consideras ideal para ti?
Incertidumbre, frustración y apertura al mundo, entre otras.
Cooperación, Valores y Educación Integral
8.- ¿Cuál
es el gran reto de la Educación en el Siglo XXI?
Los
modelos educativos se sustentan por personas, por eso, en mi opinión, lo más
importante es el cambio personal, cambio de visión de lo que significa educar,
cambio de visión en lo que los alumnos necesitan para su desarrollo como
personas y del rol del profesor. Hoy en día los conocimientos no están en las
aulas, están por todas partes, en el mundo que nos rodea, en internet, etc…no
tiene sentido que una parte importante de la clase se dedique a adquirir
conocimientos. Deberían desarrollarse habilidades que le ayuden al alumno a
seguir aprendiendo durante toda su vida, aportándole los recursos personales
que le orienten para seleccionar y valorar la información que encuentra, a ser
crítico, y a generar sus propias conclusiones. Es necesario tener unos conocimientos
básicos pero el mundo está cambiando a tanta velocidad que algunos libros de
texto se quedan obsoletos antes de terminar el curso. Pienso que en un futuro
muy cercano las escuelas serán espacios donde los alumnos aprendan a ser buenas
personas y aportar sus talentos para mejorar el mundo.
Enseñar a los alumnos a ser buenas personas, que
sean capaces de aprender con ilusión, sin compararse con nadie, aportando lo
mejor de sus talentos a la mejora del mundo. La escuela del siglo XXI no solo
ha cambiado en cuanto a los medios tecnológicos sino que está abierta al mundo.
Este cambio permitirá un aprendizaje más individualizado y el desarrollo de
habilidades necesarias para el mundo laboral del futuro, algunas de las cuales
serán técnicas y otras personales y sociales. El reto es integrar la educación
social y emocional en todas las etapas educativas.
9.- Si
tuvieras la varita mágica para cambiar algo en educación ¿qué cambiarías?
En primer lugar que la educación no estuviera
definida por la política, que cambia y marca rumbos no siempre pedagógicos. Las
leyes de educación deberían crearse por miembros de la comunidad educativa.
Después cambiaría la forma de acceder a la función docente, valorando no solo
sus conocimientos sino sus habilidades personales e interpersonales, además de
subir el sueldo a toda persona que está formando a los ciudadanos del futuro en
las aulas.
Clases más reducidas que permitan conocer bien a
cada alumno.
También daría un año sabático cada cinco de
docencia para una puesta a punto personal y profesional puesto que es una
profesión de mucho desgaste y con necesidad de formación continua. Ser profesor es una profesión de riesgo, por eso los
docentes deberían aprender técnicas de auto cuidado emocional para prevenir el
estrés y saber enfrentarse a situaciones difíciles en el aula. Los docentes
vocacionales están en un proceso continuo de crecimiento personal pues son
conscientes de que ellos como personas, son el factor que influye más en el proceso de aprendizaje
de sus alumnos, por eso se cuidan y aprenden estrategias para hacer frente a
los problemas que puedan surgir en el aula.
Diseñaría espacios de aprendizaje emocionantes
donde los alumnos se sintieran a gusto, trabajando en diferentes temas,
mezclando edades para algunas tareas, con mayor implicación y presencia de las
familias y abriendo las puertas a la comunidad donde está el colegio.
Puedo seguir pero creo que con estos cambios, la
educación sería diferente
10.-
¿Podrías dejar una frase o pequeño texto para que docentes y futuros docentes
se encuentren motivados para apostar por el cambio educativo?
Si queremos cambiar el mundo, primero tenemos que
cambiarnos a nosotros mismos y después, la educación. No hay herramienta más
potente de cambio que el trabajo en las aulas, y no hay trabajo más
gratificante que ayudar a crecer y madurar a los alumnos.
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