Si contabilizásemos las veces que nos han dicho "NO" en la vida ¿crees que serían muchas o pocas? ¿Es tan necesario decir lo que no debemos hacer o es más útil aprender a dar soluciones, enseñar que es lo correcto? ¿por qué nos empeñamos en mostrar el error en vez de fomentar el éxito, lo positivo, lo afirmativo?
Hoy Laura Fernández Suárez, autora de "A Educar se Aprende Educando" nos muestra el camino hacia la disciplina positiva, lo bonito de basar la educación y la vida en lo positivo para mejorar la sociedad. Pero a veces una imagen vale más que 1.000 palabras y Laura se presenta así:
¿Quieres saber más? Continua leyendo pero ten claro que quizás te plantees un cambio a partir de esta entrevista ¿Estás preparado?
Uy, pues por muchas
razones, la primera porque la Disciplina Positiva es algo más que un tipo de
educación, ya que va más allá, es una filosofía de vida, es un aprendizaje para
educar mejor.
La disciplina
positiva ayuda a los niños a aprender habilidades y valores sociales para la
vida como autodisciplina, responsabilidad, cooperación y habilidades para
resolver problemas, es un tipo de educación con un compromiso a largo plazo.
Y porque la clave
de la disciplina no debe ser castigo sino el respeto mutuo, que es la piedra
angular de la Disciplina Positiva y es el primer principio a cumplir.
2-. ¿Crees que es mejor prescindir del “no” en
educación? ¿Por qué?
Nos
empeñamos en decirles a los niños lo que NO pueden hacer en vez de decirles lo
que SI pueden hacer. El cerebro está preparado para hacer, el mensaje del no es
muy difícil para los niños, y también para los adultos.
Tenemos
que poner nuestra vida en positivo, tenemos que volver a aprender a hablar, ya
que los beneficios de hacerlo son muchísimos, tanto para los niños como para
nosotros mismos.
3-. ¿Por qué nuestro modo de enseñar, en general,
se encuentra alejado de la disciplina positiva? ¿Cómo podemos cambiar esto?
Seguimos
usando métodos de educación y crianza basados en la sabiduría popular, en
nuestra propia experiencia vital, en lo que nosotros hemos visto o vivido, en lo
que nos han enseñado, en lo que al fin y al cabo tenemos interiorizado.
Muchas
veces incluso, lo hacemos por presión social, por lo que sea, pero es todo
porque no hemos desarrollado la habilidad de tener otras herramientas más
respetuosas.
El
cambio siempre lo vamos a tener que buscar en nosotros, y la buena noticia es
que las habilidades de crianza y educación efectiva se pueden aprender, eso sí,
como dice mi entrenadora y referente Marisa Moya, a base de “pico y pala”, con
Voluntad, Constancia y Paciencia. (Si quieres saber más y conocer su escuela click aquí)
Al
principio, esto requiere un gran ejercicio de autoconocimiento y necesitamos
tomar conciencia del cambio para saber dónde estamos y dónde queremos llegar.
Y
como todo cambio, esto lleva un proceso, un proceso de aprendizaje para el cual
hace falta tiempo y esfuerzo ya que, como todo en la vida, a todo se aprende a
base de práctica y de ahí mi frase favorita: “A Educar se aprende Educando”.
Lo
más importante en este proceso de cambio es no olvidarnos nunca de que no somos
perfectos y que vamos a cometer errores, pero que esos errores son siempre una
oportunidad para seguir aprendiendo y mejorando.
4-. Cuando se habla de disciplina positiva mucha
gente lo asocia a una enseñanza sin límites, mucha gente cree que sin castigo
no se puede educar ¿Qué dirías al respecto para cambiar este punto de vista?
Lo
primero que les diría es que reflexionen un poco en lo que creen que aprenden
los niños cuando se les castiga…
El
castigo por supuesto que funciona, a corto plazo funciona, ya que detiene una
mala conducta inmediatamente, pero les diría que porque un niño detenga un
comportamiento no significa que él lo quiera cambiar.
Lo
siguiente que les diría es que en la Disciplina Positiva por supuesto que hay
límites, los límites son necesarios en todos los ámbitos de la vida y su
objetivo principal debe ser el de fomentar el crecimiento personal.
La
diferencia está en que los límites que se imponen con el autoritarismo son eso,
que son impuestos, son órdenes de los adultos. A los niños no se le da opción
de nada, no pueden participar en el proceso de decisiones, hay un control
excesivo, hay mucho rigor, mucha firmeza, pero nada de amabilidad por lo que no
se está siendo para nada respetuoso.
Mientras
que, con la Disciplina Positiva, los niños pueden elegir entre las opciones que
haya dentro de los límites, pero siempre y cuando muestren respeto para todos.
Es decir, existe firmeza y rigor, pero siempre manteniendo la dignidad y el
respeto hacia todos.
Esta
es la clave de la Disciplina Positiva, hay que ser siempre amable y firme a la
vez, porque si solo somos amables estaremos siendo permisivos, y si solo somos
firmes, estaremos cayendo en el autoritarismo, y ni una cosa ni otra es
respetuosa.
5-. Hay una cita en la red que se asocia a la
disciplina positiva “Abrázame cuando menos lo merezca porque será cuando más lo
necesite” ¿Esto no se asociaría con la crianza basada en el consentimiento?
Para
nada. Esa afirmación es totalmente cierta. El problema es que nuestra sociedad
aún tiene arraigada la idea de que para que un niño aprenda debe sufrir
primero, y eso es de locos, nadie, ni los niños, ni los adultos aprenden mejor
si se sienten mal.
Hay
dos frases de Jane Nelsen, que nos hacen reflexionar sobre esto:
“De
donde sacamos la loca idea de que para lograr que un niño SEA BUENO, primero
debemos hacerlo SENTIRSE MAL” y “Los niños actúan mejor cuando se siente mejor”.
Y
es que estas dos frases son extrapolables a cualquier persona, no solo a los
niños, ¿o no?
Por
eso las herramientas punitivas como el castigo no son aceptables en la
Disciplina Positiva ya que no son respetuosas. Por el contrario, todas las
herramientas de Disciplina Positiva además de respetuosas son motivadoras.
Lo
primero que hay que hacer antes de corregir a un niño es conectar con él porque
cuando un niño se porta mal es porque ha llegado a la conclusión de que no
pertenece, así que por eso hay que motivar a los niños en vez de castigarlos.
Si la desmotivación desaparece también acabaremos con aquello que causa la mala
conducta.
6-. ¿Por qué recomendarías asistir a talleres
como los que tú impartes en Asturias?
Lo
primero y fundamental para que las familias vean que no están solas, que todos
tenemos los mismos problemas con los niños, y que lo que marca la diferencia es
como actuamos cada uno para resolver los problemas, y la base de eso está en la
actitud que tenemos al enfrentarnos a ellos.
Mis
talleres no son clases magistrales, ni tengo una receta mágica para solucionar
los problemas. Yo no soy una experta de nada, yo solo acompaño en el proceso de
aprendizaje, pero no porque vaya a decirle a la gente lo que tiene que hacer
sino porque cada persona irá viendo lo que mejor le viene en su casa y con sus
niños.
Uno
de los objetivos de mis talleres es que los contenidos que veamos sean
reveladores para los asistentes y que consigan sacar todas sus potencialidades,
y que luego cada uno saque sus propias conclusiones.
Todos los talleres que yo imparto son de
participación activa porque es una metodología más efectiva, además de que por
ser vivenciales llegan al corazón que es desde donde mejor se aprende y donde
surge el cambio, y lo hacemos de una forma muy especial porque entramos en el
mundo de los niños.
Es
una forma muy divertida y fácil de aprender, y además todos los talleres están
enfocados al liderazgo positivo porque los adultos somos el ejemplo del que los
niños aprenden.
7.- Si tuvieras que elegir tres palabras que
definan la educación actual ¿Cuáles serían? ¿Y la educación que consideras
ideal para ti?
La educación actual la definiría con una frase: “Quiero, pero no puedo”. Creo que la
educación actual está preparada para el cambio y así lo veo por la inquietud y
la demanda de las familias, y eso es una noticia maravillosa, porque el primer
paso para el cambio es querer cambiar.
Para
mí la educación ideal debe estar basada en el autoconocimiento y las emociones.
Debe
ser más emocional y menos racional que la actual, ya que estos dos conceptos emoción
y razón deben estar en equilibrio, son una pareja que deben ir de la mano y
entenderse siempre.
8.- ¿Cuál es el gran reto de la Educación en el
Siglo XXI?
Rudolf
Dreikus decía el siglo pasado que el gran reto de la Educación es “Tener el
valor de ser imperfectos” y hoy en día, ese sigue siendo nuestro reto.
Por
eso debemos aceptar que todos somos imperfectos, y que, si no existen adultos
perfectos, ¿por qué nos empeñamos en querer niños perfectos?
Tenemos
que tener el valor de cometer errores, la Disciplina Positiva siempre ve los
errores como una oportunidad de aprendizaje y eso es lo que debemos enseñar a
los niños.
Debemos
de dejar de buscar culpables y aprender y enseñar a ser responsables. Debemos olvidarnos
de la culpa y los castigos, y centrarnos en buscar soluciones asumiendo
responsabilidades.
9.- Si tuvieras la varita mágica para cambiar
algo en educación ¿qué cambiarías?
La
actitud de los adultos. Ese es el principio del cambio……
10.- ¿Podrías dejar una frase o pequeño texto
para que docentes y futuros docentes se encuentren motivados para apostar por
el cambio educativo?
La
frase con la que abro mis talleres introductorios y que es aplicable a
cualquier ámbito de la vida que queramos cambiar:
Que mejor que esta entrevista para darnos cuenta que a veces necesitamos un "hazlo así" en vez de un "Así no se hace", que mejor que esta entrevista para darnos cuentas que la educación necesita un cambio y los maestros/as tenemos la sartén por el mango, precisamente los opositores a maestro/a, los padres y por consiguiente los niños necesitamos basar nuestra vida en la disciplina positiva y así cambiar la idea que tiene Laura y muchas personas de la educación y convertirla en un "QUISIMOS Y PUDIMOS"
Muchísimas gracias Laura por esta estupenda reflexión sobre #DisciplinaPositiva y agradecida a Ser Maestra por la oportunidad de difusión. Poco a poco, con pasos cortos pero muy firmes e ilusionados podemos imaginar un mundo donde los educadores no utilizan castigos, ni recompensas, porque quieren que los niños se enfoquen en las soluciones a los problemas junto con ellos. En lugar de imponer consecuencias te alientan a pensar en las resultados del comportamiento y cómo nos afectan a nosotros mismos y afectan a los demás. Una metodología en la que el adulto cree que los errores son oportunidades para aprender... ¡GRACIAS!
ResponderEliminarMuchísimas gracias a ti por da visibilidad a algo tan bueno como la disciplina positiva y sobre todo gracias por comentar
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